dijous, 24 de desembre del 2009

Vender burras



Ya es Navidad, y en esta época del año, además de montar el Belén, comprar regalos para la familia y comer hasta reventar, se cumple otra tradición milenaria: la venta de burras en la prensa deportiva. No hay Liga. Los jugadores están de vacaciones y las páginas del periódico no pueden salir en blanco, ni siquiera en la prensa ‘amiga’ del Real Madrid. De algo hay que hablar.

Los medios barceloneses cuentan con una ventaja. Siempre pueden alargar hasta el 2 de enero, cuando vuelva la Liga, recordando un 2009 histórico para el Barça. Además, les ha caído del cielo todo el lío con los precandidatos a las elecciones presidenciales. Se va Joan Laporta. ¿Llegará Sandro Rosell? ¿Alfons Godall rajará de Jaume Ferrer por liarse la manta a la cabeza y encabezar él solito una candidatura? En fin, el tema da para entretenerse en él unos cuantos días.

En Madrid, en cambio, la cosa está más canina. Lo del Barça de las seis copas ha sido un duro revés y, como a nadie le apetece seguir hablando de eso, hay que ilusionar al personal con otras cosas. Mientras, alguno dice que, sin el árbitro noruego de Stamford Bridge, ni hexacampeonato ni nada. Ya le han vuelto a esconder las pastillas contra la barcelonitis. Otro, que los seis goles que le cascaron al Zaragoza son una respuesta a los seis títulos del Barça. Espera, que me río y sigo. En fin, que es Navidad, y además de la mula y el buey, también están las burras.

Burra 1. Le conceden el Balón de Oro y el FIFA World Player a Leo Messi, y un par de días después sale MARCA con una portada asegurando, en base a unos criterios de lo más subjetivos, que ‘CR9 es más completo que ‘La Pulga’. Genial el apartado Faltas y Penaltis, en el que le conceden un 9 a Cristiano Ronaldo y un 7 a Messi. ¿Alguién recuerda dónde han ido los últimos penaltis con máxima presión que ha lanzado el portugués? Una pista: Champions League 2007-08, semifinal en el Camp Nou y final en Moscú. En fin, ¿que Cristiano es mejor? Pues muy bien, pa’ ti la perra chica, pero me parece una reacción tan infantil como cuando, desde Barcelona, se catalogó el Balón de Oro de Fabio Cannavaro como Balón de Hojalata.

Burra 2. El nuevo Cristiano prefiere fichar por el Real Madrid que por el Barça. Hablamos de Eden Hazard, del Lille. Un muy buen jugador de sólo 18 años, pero que todavía tiene muchísimas cosas por demostrar. Ya hemos leído y oído miles de veces que si éste, el otro o el de la moto, son el nuevo tal o el nuevo cual. Por ejemplo, Mantorras, del Benfica, era el nuevo Ronaldo. Allí sigue, el pobre, en Lisboa y medio cojo. Alipio, un portugués que fichó el Castilla, era el nuevo Messi. No juega ni en el juvenil blanco. Haruna Babangida, que hizo una pretemporada con el Barça de Van Gaal con sólo 15 años, se iba a comer el mundo. Ahora, con 27, ha terminado el 2009 en un club descendido a la segunda división rusa. Hay que tener cuidado con las burras. Las hemerotecas son muy traicioneras.

Próximamente, en sus pantallas, Burra 3. De los productores de Burra 1 y Burra 2…


dijous, 10 de desembre del 2009

Canguelo 2.0



Tenen por, i és normal. Aquesta temporada organitzen la final de la Lliga de Campions al Bernabéu, i el seu pitjor malson seria veure Carles Puyol alçant l’orelluda a la llotja de Florentino. Consti que, quan dic que tenen por, ho dic amb coneixement de causa, perquè milers de culers van tenir la mateixa sensació fa onze temporades. Facin memòria.

El 1999, la final de la Champions es disputava al Camp Nou. El Barça, enquadrat en el ‘grup de la mort’ més mortífer de la història, amb el Manchester United i el Bayern de Munic com a companys de viatge, va caure a les primeres de canvi. El Reial Madrid, que defensava el títol, va accedir als quarts, on va quedar emparellat amb la revelació del torneig, el Dinamo de Kiev. Cap aficionat blaugrana va respirar tranquil fins que el conjunt ucraïnès, liderat per Rebrov i Xevtxenko, es va carregar els blancs. La final, segur que ho recorden, l’acabarien disputant els dos rivals del Barça en la primera fase, el Manchester United i el Bayern de Munic, amb final apoteòsic i títol per als ‘red devils’.

Han passat onze anys des d’aquell episodi i, ara, la situació és a la inversa. El Barça viu, segurament, el moment més dolç de la seva història. Ho ha guanyat absolutament tot en l’últim any, i la inèrcia positiva no s’ha aturat, ni sembla que s’hagi d’aturar. Sí, han hagut de suar la classificació per als vuitens de la Champions fins el darrer partit, però el temps ha demostrat que el grup s’ho valia. Preguntin quants dels segons classificats voldrien enfrontar-se als blaugrana en la següent fase de la màxima competició europea. Si troben algun valent, m’avisen.

El Reial Madrid, que també s’ha classificat per als vuitens de final amb brillantor, guanyant a Marsella un partit que no era fàcil, és molt millor que aquell Barça de la temporada 1998-99, incapaç de superar la fase de grups dos anys consecutius. És cert que, des de fa cinc anys, els blancs no passen de vuitens, però enguany són ferms candidats a lluitar pel títol. La forta inversió de Florentino Pérez, amb una despesa de més de 250 milions d’euros en fitxatges, no contempla un adéu continental prematur. I, evidentment, tampoc contempla veure l’etern rival aixecant la Copa d’Europa a casa seva, una situació que, per altra banda, posa d’allò més calent, en el sentit més sexual de l’adjectiu, a l’aficionat culer.

En definitiva, és normal que desitgin treure’s d’enmig el Barça quan abans millor. És comprensible que intentin autoconvencer-se que els de Guardiola ja no són el que eren, que ja els coneixen el sistema de joc i que ho passaran malament, que la plantilla és curta i no arribaran tots sans a final de temporada... Tot això és normal. És exactament el mateix que feien els culers fa onze anys, fins que va aparèixer el Dinamo de Kiev en pla sicari. Ara bé, una cosa a favor si té el Reial Madrid. En cas que el Barça reediti el títol, els salva que Joan Gaspart ja no tingui accés a la sala de megafonia del Bernabéu. Si no, no dubtin que l’actual president del Sant Andreu intentaria tornar a fer sonar l’himne blaugrana a tot drap a l’estadi blanc. És un catxondo.


dimarts, 8 de desembre del 2009

Ventajismo



En numerosas ocasiones, he oído a varios compañeros de profesión afirmar que están capacitados para analizar si el planteamiento táctico de un partido es correcto o no, si una alineación está bien hecha o no, o si el entrenador acierta con los fichajes o no. Lo hacen básandose en un argumento muy simple: tras muchos años viendo fútbol y escribiendo crónicas, están seguros de haber adquirido tanto conocimiento como cualquier entrenador, incluso como el más laureado del mundo. Ese mismo argumento permitiría a cualquier jubilado español convertirse en Norman Foster.

Los técnicos, normalmente muy celosos de su trabajo, se preguntan con cierta sorna con quién ha empatado o a qué alevín de barrio ha dirigido aquel que critica su laburo desde las páginas del periódico. Se preguntan como ese personaje puede opinar con tanta suficiencia sobre ciertas cosas si no tiene ni la etiqueta de anís del mono del curso de entrenadores, si sólo ha jugado a fútbol en partidos de solteros contra casados, si lo más cerca que ha estado de dirigir a un equipo ha sido a los manillares de un futbolín.

La clave es el ventajismo, esa actitud que convierte todo lo difícil en sencillo, la que resuelve todos los problemas con pasmosa facilidad… pero siempre a toro pasado. Manuel Pellegrini, por ejemplo, puede dar fe de ello. Le critican hasta los ejercicios de los entrenamientos, pero me gustaría ver a los mandos del Real Madrid a más de uno de esos que tanto saben. Quizás lo de Alcorcón se quedaba en una simple anécdota.

Lo mismo ocurre con Pep Guardiola, a pesar de que el técnico azulgrana convierte en oro prácticamente todo lo que toca. Aún así, tiene que aguantar veladas críticas por el fichaje de Chigrinskiy, por alinear a Messi en un partido ‘intrascendente’ en el que desgraciadamente se lesiona, o por no darle minutos a Bojan… Imagínense por un momento qué pasaría si el de Santpedor le diera más minutos al canterano, obviamente en detrimento de Ibrahimovic, por el que el Barça pagó un pastón este verano. Lo fríen, seguro.

Pero no se preocupen, porque el ventajismo lo resuelve todo. Si un día Chigrinskiy despierta y se convierte en el Beckenbauer de Donetsk, ninguno de los que hoy se descojona con los 25 millones que pagó el Barça por él va a salir a reconocerlo. Y si no, recuerden la ‘ilusión’ que hizo la llegada de Piqué hace un par de temporadas. En fin, que se puede criticar, sólo faltaría, pero no seamos ventajistas ni queramos tener siempre la razón, que se nos ve el plumero de mala manera.


dijous, 3 de desembre del 2009

Laporta y los crucifijos


No soy Pipi Estrada, pero yo también estuve la madrugada del domingo al lunes en la ‘fiesta de Laporta’. No se trataba, como el propio presidente del F.C. Barcelona ha asegurado, de una celebración privada, ni mucho menos. La discoteca Luz de Gas estaba abierta, como cualquier otra noche de domingo, a todo el mundo. Dentro habría unas sesenta personas. La mayoría periodistas deportivos, y algunos de ellos de medios madrileños, todos en Barcelona por la disputa del clásico.

Al principio no me di cuenta, pero al cabo de un rato alguien me advirtió que Joan Laporta estaba en la sala. No me sorprendió demasiado, ya que me lo había encontrado alguna otra vez allí. Como cualquier hijo de vecino, tiene todo el derecho del mundo a divertirse y a tomar una copa, dos o las que sean con sus amigos. Sólo faltaría. Pero Laporta fue poco discreto. Sabía que la discoteca estaba repleta de periodistas, que los móviles de última generación los carga el diablo y, aún así, en medio de la pista, se desfasó más de la cuenta. Demasiado.

Las fotos que publicó La Gaceta, periódico del Grupo Intereconomía, hablan por sí solas. Ellos han defendido su salida a la luz argumentando que la juerga de Laporta es noticia. Para mí, presentarlo como ellos lo han hecho es sensacionalismo, pero allá cada uno con su ética profesional y su hipocresía. El que nunca haya tomado una copa de más o nunca haya salido de una discoteca como las cabras que levante la mano. Es obvio que Laporta es el presidente del F.C. Barcelona, que lo es 24 horas al día y que esto es como lo de la mujer del César, que no vale con serlo, sino que también hay que parecerlo. Pero que no engañen a nadie, que ya sabemos de qué pie cojea cada uno.

Al presidente del Barça, desde hace tiempo, le tienen ganas desde muchos sectores, básicamente por proyectar su ideología independentista desde el cargo que ostenta. Actitud que, dicho sea de paso, no me parece bien. Laporta es el presidente de todos los culés, de los independentistas y de los no independentistas. Por mucho que él quiera, cuando habla públicamente es imposible disociar al Laporta persona del Laporta presidente del Barça. Pero ese es otro debate.


Volviendo al tema, Laporta le ha puesto en bandeja a todos sus 'enemigos' una oportunidad de oro para que se queden a gusto. Lo del champán francés habla bien a las claras de por dónde iban los tiros. Todos esos son los mismos que hoy decían, en una de sus fantásticas tertulias, que la petición de que se quiten los crucifijos de las escuelas públicas es una muestra de lo inmadura que es la sociedad española. Claro que sí. Es mucho más maduro inculcarles a los niños, desde bien pequeños, en qué tienen que creer y a quién le tienen que rezar. Que no tengan ni siquiera la oportunidad de saber lo que hay y, una vez conocido, elegir. Seguro que les encantaría hacerlo también con las ideologías políticas. Panda de demócratas...